lunes, 21 de enero de 2008

RAN

Cuando hablamos de Akira Kurosawa es de ley arrodillarse, pues estamos ante el emperador del cine. No hay otro director que haya sabido utilizar el concepto de teatralidad en el cine como lo usaba nuestro realizador. La película de hoy es, sin duda un ejemplo de arte escénico llevado al cine.

En general la película no puede dejar indiferente ya que maneja el tempo y el ritmo de una manera magistral. Asimismo es capaz de utilizar la música como un protagonista mas en momentos puntuales, en los que consigue que el sonido sea el autentico protagonista. Sin embargo esta faceta no es lo que hace grande a la película. Es toda ella una obra muy cuidada de filmografía y no es para menos ya que esta versionando nada más y nada menos que a Shakespeare y su obra “El rey Lear”.

El argumento de la obra es bastante sencillo: un padre en el ocaso de su vida decide dividir su reino para sus tres hijos. El conflicto no se hace esperar y dos de los hijos comienzan a maquinar para arrebatarle al otro su parte. El tercer hijo ha sido desterrado por ser demasiado sincero, tanto que su padre se ve ofendido. Como es de esperar el anciano padre, ya despojado de todo poder, no puede hacer otra cosa que huir mientras sus propios hijos lo repudian para quedarse con todo el poder.

El papel de la mujer en la obra no puede ser más definitivo, pues es por las insinuaciones de su esposa por lo que uno de los hijos comienza la guerra. En cuanto al tercer hijo, como suele pasar es el único que quiere al padre y jugara un papel importante en la salvación de este, que se ve obligado a vagar con los pocos hombres que le quedan, de un lado a otro. La tragedia esta cantada, como buena obra Shakespeariana y todo acaba como el rosario de la aurora.

Es sin duda el ambiente que rodea a la película el que enamora al espectador. Kurosawa traslada la acción original de la obra al Japón feudal del siglo XVI y con una puesta en escena magistral consigue un resultado impecable, tanto en la escenografía como en el desarrollo de la historia.

La locura, los fantasmas del pasado, la maldad del ser humano y lo inevitable del destino son algunos de los temas que se entrelazan con las vidas de los personajes. Hay sin embargo en toda la película una atmósfera equilibradora: todo el mal que en la historia se provoca no es sino el resultado de los males pasados de los personajes. Creo sin duda que aquello de “recogerás lo que siembres” puede resumir la historia de una manera bastante acertada

Es esta una película para reflexionar sobre la naturaleza humana, sobre las relaciones y sobre el respeto. Una reflexión a fondo seguramente nos llevara a la conclusión de que las cosas no han cambiado mucho desde esa época convulsa. Es por tanto una película cuyos valores y mensaje no pierden vigencia. Esos pecados y esa maldad siguen activos en la actualidad ya que tanto esta como aquellos son innatos en el ser humano.

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