domingo, 12 de octubre de 2008

La Ultima Tentación de Cristo

Cuando uno se pone a mirar una película de este estilo pueden ocurrir varias cosas: o que se aburra soberanamente o que disfrute como un enano. En mi caso ocurrieron las dos cosas, salvo que el aburrimiento solo provenía del recelo con que me dispuse a ver una película de la que no tenia muchas referencias, excepto las típicas de “hay que verla” y esas por el estilo, que me suelen oler bastante mal ya que provienen de mentes poco criticas que no saben darte una razón convincente de por que se han pasado dos horas y media delante de una pantalla viendo algo de lo que no están muy seguros. Lo de disfrutar como un enano fue la nota predominante del resto de la película.
Un Willem Dafoe que al principio no me entraba mucho, pero que después de un rato me encandilo con su interpretación. Un Harvey Keitel que no esperaba porque parecía que el personaje de Judas no podría entrarle ni con calzador, en fin, bastantes cosas a las que uno no esta acostumbrado cuando se dispone a ver una película bíblica. Y es que una peli bíblica siempre ha sido Los Diez Mandamientos, Rey de Reyes y todas esas películas interminables en las que Charlton Heston hace de Jesucristo o de Moisés o de apuntador, el caso es que este Charlton Heston que lo hacia muy bien. Y claro, la idea que se tiene cuando se ve una película de ese estilo es: un ambiente pasteloso, una ambientación espectacular, millones en decorados, millones en extras y unos personajes tan profundos como pueden ser los teletubies, tampoco necesitan mucho mas, seamos sinceros.


Sin embargo al ver La Ultima Tentación de Cristo uno tiene la impresión de que lo están engañando. Ese no es el Jesús del que le han hablado siempre o el que se mostraba en aquellas películas. Fijaos como funciona la educación (o adoctrinamiento, según queráis llamarlo). ¡Jesús no puede tener remordimientos, no puede tener miedos, no puede odiar, no puede desear a una mujer, no puede ser egoísta, no puede ser violento, no puede ser orgulloso! Y esta película, basada a su vez en el libro homónimo, es un gran ¿POR QUE NO?


Esta película trata sobre una posibilidad, una inquietud. Sobre la posibilidad de que el hijo de Dios fuese más hombre que divinidad, no solo hombre en carne sino también en alma, con todo lo que implica: amor, odio, venganza, miedo, orgullo, vanidad, culpa, amor. Todo ello se une en un personaje que se nos muestra fascinante a lo largo de toda la película. No creo que nadie se quede igual después de verla ya que al final nos damos cuenta de que no trata sobre el hijo de Dios, sino sobre un hombre corriente y sobre lo que una sola decisión puede cambiar la vida incluso de el hombre mas cercano a Dios, por el simple hecho de que es un hombre y eso por si solo anula las demás consideraciones. Al final la humanidad, para bien o para mal es lo que hace nuestra vida sea como es.


No dejéis de verla si tenéis un par de horas para ello. No es una grandisima película, pero si en una muy buena película, diferente y que merece ser vista ya que es casi como un soplo de aire fresco en todas esas producciones interminables, muy buenas algunas de ellas, pero que solo se centran en lo espectacular y dejan a parte otras consideraciones mas importantes a mi entender. Supongo que es lo que pasa cuando el guión esta escrito desde hace dos mil años.

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